22 de octubre de 2014

Conciliando, que es gerundio!


Estas últimas semanas se me han pasado volando, con un viaje familiar, muchos quehaceres diarios y un montón de temas abiertos en la oficina. Me encanta tener trabajo, rindo más bajo un poco de presión, sin necesidad de llegar a la sensación de desbordarme, que no me gusta. En estos últimos días, nos hemos desayunado con algunas noticias interesantes en el ámbito de lo femenino y lo laboral. Las contundentes declaraciones de Mónica de Oriol del Círculo de Empresarios sobre la contratación de las mujeres de 25 a 45 años. La destitución de una empleada por parte del Concejal de Hortaleza, según él, por su falta de rendimiento después de haber sido madre recientemente.  O la oferta de algunas empresas de Silicon Valley para que sus empleadas puedan congelar sus óvulos y así concentrarse en su carrera durante los años más fértiles de sus vidas.

Seguramente llego tarde a este debate o, mejor dicho, ya vamos todos tarde, muy tarde, que no es lo mismo. ¿Qué es la conciliación? Dice el diccionario de la RAE que conciliar es componer o ajustar los ánimos de personas o cosas opuestas entre sí. De entrada, quiere decir que la vida familiar y la profesional, vienen a estar un poco contrapuestas. Para mi, la familiar incluye el tiempo libre, las tareas domésticas, leer, jugar con mi hija, hablar con mi no-marido, mirar Instagram, cocinar, ir a comprar, escribir... La profesional, es la parte que hago de 9 a 6 cada día. Soy Secretaria o Assistant, llámalo como quieras. Me gusta bastante lo que hago y creo que lo hago bien. A veces pienso si podría haber alcanzado metas profesionales más altas, pero seguramente no haber llegado más arriba en el organigrama ha sido el resultado de una mezcla de situaciones del destino y decisiones personales. Y no lo siento, porque no sé si me gustaría más mi vida teniendo una posición con más responsabilidad. 

Mi opinión es que la conciliación apenas existe. Cuando las mujeres tomamos una decisión en este terreno, frecuentemente "perdemos". No todo, claro, pero siempre renunciamos a algo. Si te dedicas el 100% a tu trabajo, dejas de disfrutar algo de tus hijos. Y si decides dedicarle más tiempo a tus hijos, entonces suele significar que tienes que renunciar a parte de tu carrera profesional. Los horarios de los jardines de infancia, de las escuelas, y de los centros de trabajo, no están alineados. Y si trabajas hasta las 10 de la noche, en un centro comercial, o tienes turnos en una fábrica, todavía tiene que ser más difícil. Digo yo. Luego está lo de ser una superwoman, una supermadre y una supermujer, que nos hemos creído todas que, no sólo tiene que ser posible, sino que encima tendría que ser fácil. 

Este tema da para mucho más que un post, así que no me extenderé más. Pero me gustaría que la conciliación se fomentara desde las instituciones y las empresass, que no se cuestionara a las mujeres que reducen su jornada (y su salario), que existieran más guarderías y los calendarios de los centros de estudios estuvieran más alineados con los profesionales, que los padres también tuvieran que disfrutar de la baja por paternidad y solicitaran más permisos para atender a sus hijos enfermos o llevarlos al médico, que las familias con hijos en edad escolar tuvieran ayudas y las empresas beneficios fiscales al contratar a mujeres y madres, por ejemplo. Mientras tanto... la conciliación será sólo para una minoría, para las personas con más recursos, o para aquellas que decidan trabajar por cuenta propia, con todos sus pros y sus contras, con el fin de poder pasar algo más de tiempo de calidad con sus hijos.


2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo... Creo que tenemos mucho que aprender de los países nórdicos, porque realmente es posible aumentar la producción del país y conciliar con nuestra vida familiar, pero una vez más esto va a venir desde la educación, creo que es la base de todo... Un beso!

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  2. Pues sí! La educación, educarnos más iguales, por ejemplo y aprender a no perpetuar las diferencias entre hombres y mujeres - cosa que incluso inconscientemente la mayoría seguimos haciendo. Gracias y un besote

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