22 de agosto de 2015

Paris sers toujours Paris (Capítulo 1º)


El pasado mes de Junio, nos escapamos a París para disfrutar de un fin de semana de novios sin la Mausi. La verdad es que sigo siendo una flojuna y siempre lo seré - me da una pena horrorosa dejarla las pocas veces que lo hacemos - pero también fue una excusa genial para disfrutar de tiempo de pareja de calidad.

Viajamos con Ryanair, por aquello de los costes, pero a veces lo barato sale caro. No puedo recomendaros la aerolínea, la ida nos fue bien, pero la vuelta, no fue lo mismo: casi 3 horas de retraso. Aunque lo que más me enoja es la forma de tratar a los pasajeros. Así pues, pasemos a temas más felices. 

Llegamos a nuestro hotel en París cerca de las 11 de la noche. Escogí el Hotel de La Paix en Montparnasse después de mucho buscar y lo escogí por ser un BBB - Bueno, Bonito, Buen Precio, porque en París "barato" no aplica para los hoteles. El hotel me gustó, si bien la habitación es ciertamente pequeña y el baño es minúsculo, eso ya lo sabíamos. Aunque pequeño, tiene ascensor, el desayuno es bueno y el personal amable. Está situado en una calle tranquila, pero alrededor hay muchísimos restaurantes y los que probamos estaban muy bien.

Vamos por fin a París en sí. A mi no-marido no le fascina mucho lo de patear ciudades, pero yo soy más urbanita que un semáforo y - iba a decir que "la cabra tira al monte", pero aquí es al revés, y yo al final lo convenzo para ir de city-weekend. Aún así, fue un éxito y por eso lo quiero contar. 

El primer día fuimos caminando desde el hotel hasta los Jardines de Luxemburgo y desde allí a la Îlle de la Cité. Yo necesitaba ver otra vez La Sainte Chapelle, una pequeña capilla gótica que tiene una capilla baja y una alta y es aquí, donde yo sufro un poco de lo que se conoce como el Síndrome de Stendhal o Síndrome de Florencia. La belleza de la capilla alta me sobrecoge, me envuelve, me deja boquiabierta y sin aliento y además con lágrimas en los ojos. No os riáis. A cada uno le impresionarán cosas diferentes, pero he visitado dos veces esta capilla y en las dos, me ha causado el mismo efecto. En mi opinión, si vais a París es un imprescindible. Y ninguna de mis fotos le hace justicia!

De allí caminamos de nuevo hasta Nôtre Dame y la vimos desde fuera, porque no lo había dicho: el no-marido tiene la firme convicción personal de no entrar en ninguna iglesia. En ninguna. No lo hizo en Roma (!) y no lo ha hecho en París (!). No hay argumentos para hacerle cambiar de opinión... a mi pesar. 

En esas estábamos cuando observamos un grupo de bicis de las que ofrecen rutas turísticas. Uno de los conductores llevaba unas gafas de sol futuristas tan llamativas que, movidos por la curiosidad, nos acercamos a preguntar. Fue una idea estupenda. Queríamos sólo 30 minutos, pero acabamos haciendo una ruta de casi una hora y media. Por qué digo que fue una buena idea? Nos permitió ver una buena parte de París cómodamente y sin cansarnos (no-marido feliz de no patear ciudad) y Hugo, el conductor, además de ser muy simpático, nos hizo fotos a los dos en varios lugares emblemáticos, consiguió un café latte para llevar muy rico, le dejó probar la bici al no-marido, y nos devolvió al Marais, una zona muy chula, para comer. Fuimos al Pont Neuf, a la Pirámide del Louvre, pasamos por la Rue des Pyramides, hasta la Opéra y de allí a la Rue de la Paix - la calle más cara en el Monopoly - y donde fue divertidísimo responder a los saludos de los empleados de Louis Vuitton, Boucheron o Bulgari - que iban saludando a nuestro paso, dirección Place Vendôme - gracias a las extravagantes gafas de Hugo. Y de ahí, volvimos poco a poco hasta el Marais donde comimos un Shwarma y un Falafel impresionante en un restaurante llamado Mi-Va-Mi.



Comida en el Mi-Va-Mi

Después de comer dimos un paseo por la zona de Saint Paul, dónde había un mercado de antigüedades distribuido por los patios traseros de los edificios de la zona. Caminamos desde el Marais, hasta el Quai Voltaire, paseando por el lateral del Sena. A todo esto, y para que el no-marido siga feliz, hay que darle combustible y el combustible es café. El quinto café del día lo tomó en "Le Voltaire", que tiene una terraza muy francesa y que parece que sirve buenas comidas - aunque sólo puedo deciros que el café costaba unos 5 euros.





Tras el café el no-marido sugirió tomar un autobús - ya no se camina más - y llegamos hasta Les Champs de Mars, para ver la Torre Eiffel. Es siempre siempre una visita impresionante. Y no la recordaba tan grande y tan imponente. Creo que nunca había estado debajo, sólo la había visto desde Trocadero.  Nos dimos una vuelta, hicimos fotos debajo de la Torre, decidimos que la veríamos al día siguiente y subimos por Trocadéro al metro para ir al hotel a descansar un poco.

Por la noche, cenamos en el Marais en un bistro normalito, pero aún así la carne que tomamos, estaba muy bien. Caminamos hasta la Place des Vosges, pero era de noche y chispeaba, y como somos muy comodones, nos retiramos al hotel, hasta el día siguiente.

11 de mayo de 2015

La Música es magia



Me gusta la música. Forma parte de mi vida y podría ponerle una banda sonora de mi vida por edades, sin dificultad. La música es un poco mágica, puede hacerte reír o llorar, bailar, o encogerte... Cuando era pequeña, en casa de mis padres sonaba música: clásica, música andina (!), Neil Diamond, Alberto Cortez, música de películas,... En nuestra casa, también hay música todos los días y a veces con la Mausi jugamos a "bailar como locas" y espero que en el futuro lo recuerde como algo muy divertido.

Algunas canciones tienen un significado personal y especial para mi. No en vano, los olores y los sonidos - la música - nos transportan con facilidad a un momento pasado de nuestras vidas. ¿No os ha pasado nunca que un perfume, el olor a hierba recién cortada o el de un aula de una escuela, os llevan hasta una antigua amiga, el lugar a dónde nacisteis, o vuestro primer curso de EGB? A mi sí. Y me ocurre por ejemplo al escuchar:
  • Sweet Caroline, de Neil Diamond -  Me recuerda a mi madre. Vuelvo a tener 10 años, un domingo por la mañana.
  • I don't want a lover - me recuerda al primer LP que tuve, el Southside de Texas.
  • Do you remember, de Phil Collins - me transporta a cuando tenía 15 años y estaba de viaje de fin de curso en Baviera.
  • I've had the time of my life, es "Dirty Dancing", la primera película de amor que vi en el cine.
  • Message in a bottle - siento que estoy otra vez en mis primeras vacaciones sola.
  • Si escucho Two Hearts de Chris Isaak vuelvo a conducir de Tossa a Sant Feliu. 
  • Chor Bazaari de la BSO de Love Aaj Kal - es oírla y sentirme bailar en un autobús en la India, con 7 amigas más. 
  • Cuando suena algo de Sabina, sobretodo de los últimos álbumes, como Pastillas para no soñar - con Serrat, o La Del Pirata Cojo - me hace pensar en mi no-marido. 
  • Será Mejor - de Muchachito Bombo Infierno - me recuerda a los viajes en coche, para ir a esquiar. 
  • Y Summercat, Applejack y I wish that I could see you soon, a veranito, cervecita y la última de ellas, al mes de Junio en Cadaqués en el que encargamos a la Mausi.
Las anteriores son algunas de las canciones que me recuerdan momentos, y hay otras - antiguas y nuevas - que me remueven por dentro. No puedo explicar por qué, pero me conmueven de alguna manera. Sin ningún orden, os dejo 10 de ellas: 
  1. One day like this - Elbow
  2. We don't eat - James Vincent McMorrow
  3. All I want - The Kodaline EP
  4. Revolvío - Bebe
  5. Belong - REM
  6. Beautiful War - Kings of Leon
  7. Linger - The Cranberries
  8. Little One - Lucy Schwartz
  9. There Goes the Fear - Doves
  10. One - U2

Intento atrapar toda la música que me gusta y la mejor forma que he encontrado es hacer listas, y más listas, en Spotify

En "The List by Laurix", donde hay casi 900 canciones guardo todo lo que me gusta, antiguo o nuevo. Llevo 3 años intentando hacer mi lista de éxitos - 2013, 2014 y 2015 - y las canciones que me "remueven" están en "@Touchée". Por último en "Acoustic, Unplugged, Live & Chill Out versions" he ido compilando canciones conocidas, pero en versiones acústicas, en directo... diferentes, porque a veces llegas a escuchar tanto un tema, que oírlo en una nueva versión puede sorprender y enganchar. Algunas de las versiones en directo - casi - superan a la versión original y son un poco más suaves, por lo que van estupendamente como música ambiental.

Me encantan las baladas y la música "triste", las canciones de amor desesperadas.... Pero aunque, por supuesto, también tengo una lista "Soft", procuro evitar ponerla, porque me pone melancólica, y eso no conviene. Así que es mejor escuchar la lista "Happy".

¿Qué os hace sentir la música? ¿Os transporta a momentos de vuestra vida? ¿Cuál es vuestra música favorita? ¿Sois puristas para escuchar música, y Spotify os parece un sacrilegio? Yo no he desembalado mis CDs todavía desde que me mudé, tengo que ponerle remedio, porque hay algún CD que no he escuchado desde entonces.

Después de mucho tiempo sin publicar nada, me alegro de hacerlo hoy, porque además he descubierto gracias al blog de Gema Espinosa @rubirroja que Instagram ha habierto una cuenta exclusivamente dedicada a la música @music. Very timely!

¡Feliz semana!