7 de julio de 2012

La sonrisa de la Mausi


He leído ya en tantos libros y blogs que la maternidad vale la pena - porque sino no pasaríamos por el trance de los 9 meses de embarazo, los cambios físicos y psicológicos, las modificaciones en la convivencia de pareja, la privación de sueño, los reajustes de nuestra vida social, y el ensanchamiento de nuestra cadera, por ejemplo. Dicen en todas partes que la frase "te cambia la vida" es un poco críptica y además de la promesa de un regalo en forma de precioso bebé, esconde todo lo anterior y mucho más.

Nuestra Mausi ha traído muchas cosas buenas a casa, tantas que harían falta muchos post para enumerarlas. Su pan debajo del brazo se lo debieron dejar en la sala de partos, pero no vamos a quejarnos de eso ahora, debió ser un recorte de las instituciones sanitarias. Ah, no, que se dice reajuste. 

Una de las cosas maravillosas de un bebé es su sonrisa, su risa, sus carcajadas. Mausi empezó a sonreír muy pronto, cuando tenía pocos días. Un reflejo, decían los libros. Y yo, que soy la dogmática de la pareja lo sostenía a pies juntillas "Cariño, es sólo un reflejo." y su papá respondía "Qué reflejo? La niña se está riendo!". Para más inri, venían los abuelos y decían lo mismo "Mírala, mírala cómo se ríe!". Y yo dale que dale con lo del reflejo, obcecada - que es uno de mis rasgos característicos. Reflejo o no, se reía. 

Y se ha seguido riendo. Muy pronto se empezó a reír "de verdad", como una respuesta a un gesto de su padre o mío. Y desde entonces ha sido una niña muy risueña. Lo es. Se ríe por cualquier motivo, a veces resulta incluso un poco frustrante. Por ejemplo, anoche. Le había dado el pecho en su toma de ir a dormir, que ella hace muy relajada en unos 30 minutos y en la que se queda prácticamente dormida. La sostenía contra mi hombro, para que hiciera su "rotet" y entró su padre en la habitación y la Mausi le regaló una sonrisa pícara de oreja a oreja. Tiene la boquita de su padre, la primera vez que la vi, cuando me la pusieron encima después de nacer, ya lo pensé "madre mía, qué morritos".

Cuando se despierta por las mañanas, lo primero que hace es sonreír. Y cuando alguien le habla, le hace una mueca o le ríe una gracia, ella sonríe también. Cuando bailamos juntas frente al espejo, o frente a su papi, prácticamente se carcajea. Esas risas, son una de esas cosas que "te cambian la vida" y a la vez una estupenda recompensa a que se me haya caído el culo. Sin duda!

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