26 de noviembre de 2014

Una escapada en otoño. Montseny para dos.


Hemos celebrado nuestro 5º aniversario - dicen que es el de papel - y queríamos escaparnos una noche fuera los dos sólos. Alguien me dijo que no es suficiente, y probablemente es verdad. Creo que en un sólo día no tienes tiempo de desconectar de la rutina diaria y dejar que fluya otro ritmo en la pareja, pero...hay que intentarlo y aprovechar lo que está en nuestra mano.

Escogimos un destino otoñal, pues irnos a la playa en Noviembre no nos parecía muy cálido. Enseguida pensé en el Montseny, aunque consideré otros destinos como la Masia La Garriga - que me guardo para un futuro próximo - o Besalú, que no conozco todavía! Finalmente triunfó el Parc Natural del Montseny, y como prácticamente todos los alojamientos estaban reservados me decanté por uno en Tagamanent, El Folló Turisme Rural.

Volvamos al principio! Teníamos pocas horas para estar en "modo-dos" así que pusimos rumbo a Sant Celoni, para ir subiendo por la montaña hasta el Hotel Sant Bernat, dónde aproveché para practicar un poco con la cámara en modo manual como nos había sugerido Bego de Tea on the Moon en nuestras clases de Hello Blogging de Hello Creatividad. La teoría tal como la explicó resultaba muy asequible, pero soy consciente de que me quedan horas de práctica. Aún así, valió la pena y lo importante es empezar, ¿no creéis?


Hacía años que no subía al Sant Bernat y apenas recordaba las impresionantes vistas que se disfrutan desde la terraza del hotel y la preciosa ermita que hay en el jardín, además de los 2 San Bernardos que campan a sus anchas, como parte del attrezzo. Tomamos una cervecita contemplando el paisaje y nos pusimos en marcha para ir a comer a Can Barrina, un clásico que no falla nunca: corazones de alcachofas, cansalada "crec-crec" (nada grasosa) y unas buenas carnes a la brasa. Comimos tan bien, que no pudimos ni tomar postre. 

Decidimos ir por el Plà de la Calma hasta nuestro destino. No era la ruta más rápida, pero probablemente sí la más bonita, y va desde el Montseny a la Vall del Congost, acabando prácticamente en Tagamanent, que es a dónde nos dirigíamos. 

Al llegar a la casa rural, estaban haciendo un curso de cocina que, para todos aquellos que se alojan en El Folló, es gratuito. Una lástima, porque ya estaba empezado, pero consistía en preparar algunos de los platos que se iban a servir durante la cena. Subimos a nuestra habitación - Lavanda - con una decoración rústica y acogedora. Una cama de madera gigante en el centro de la habitación que nos invitaba a una siesta para reposar la comida. 

La cena en este alojamiento rural es distinta. Los platos están servidos a modo de bufet, pero de alguna manera, están espaciados de modo que la gente no se "atropella" para servirse. Hay panes hechos por la señora Mercè, pà de fetge (un tipo de paté de campaña delicioso), distintos quesos con mermeladas de tomate, coca de verduras, humus, tempura de vegetales, atún ahumado (no pregunté, pero parecía casero), pasta y luego los segundos como costillas de cerdo, pollo de corral con ciruelas y orejones, civet de jabalí.... Bueno, si os gusta comer, no os lo podéis perder! Además, otra particularidad es que todos los huéspedes cenan juntos en una mesa larga, que está muy bien - pero limita la sensación de intimidad si uno busca una cena romántica. 

No tuvimos demasiado tiempo para disfrutarlo, pero el lugar es realmente bonito y auténtico. Es una masía del siglo XII que ha sido restaurada durante años y aunque muy sencilla, está cuidada al detalle y limpísima, que también es importante. Vi algunas fotografías de la casa en verano y realmente, tiene un aire a la Provenza francesa o a alguna zona de la Toscana. Muy muy bonita! Además venden conservas, cerámica y trabajos de otros artesanos de la zona. 

Al día siguiente dimos un pequeño paseo hasta el Figaró, un pueblo al lado de Tagamanent, porque ya teníamos que volver, y no perdí la oportunidad de hacer alguna fotografía más para los ejercicios de Hello Blogging. Como decía antes... tengo que practicar, pero lo que sí sé es que me gusta muchísimo hacer fotos. 


¿Os habéis escapado a algún lugar bonito este otoño?

13 de noviembre de 2014

I feel good


I feel good... porque estoy haciendo un curso en Hello! Creatividad, bueno - otro curso - porque en Junio ya tuve la oportunidad de hacer Writing for Self Discovery, que compartí con unas compañeras estupendas y me gustó muchísimo. 

Empecé este nuevo curso "Hello! Blogging" porque quería encontrar (más) motivaciones para seguir escribiendo este blog y hacerlo mejor, más interesante, más cuidado, más bonito y más personal todavía. No tanto para que lo lean otros, que... por qué no, sino sobretodo para mi propia satisfacción. 

Estoy muy contenta de haberlo empezado y de tener como profesoras a bloggers tan relevantes como Bea de Con Botas de Agua o Mar y María de Sonambulistas, que no sólo te transmiten lo que han aprendido gracias a su propia experiencia, sino que lo hacen de una manera amena, dinámica y cercana.

Las clases que hemos hecho hasta ahora son para ayudarnos a encontrar el estilo de nuestro blog, y darle un toque personal especial, para aprender a planificar y ordenar nuestras ideas, ejercitar la creatividad con sugerencias, herramientas y recursos... Son clases"teóricas" que consultamos online y en un foro podemos interactuar, compartiendo opiniones, pensamientos y dudas, con las compañeras y la "profesora" que nos guía en los distintos temas. 

También nos proponen ejercicios y uno de ellos ha sido crear nuestro propio "Moodboard" con lo que nos inspira para nuestro blog. Se trata de mezclar materiales como telas, fotos, papeles, objetos... que te te gusten y te identifiquen, y capten la esencia de lo que querrías plasmar en el blog.  

Aunque con más tiempo hubiera hecho algo distinto y las fotografías no son demasiado buenas, estoy contenta de cómo ha quedado, porque es todo lo que está, aunque no esté todo lo que es. Hay muchas más cosas que me inspiran, me gustan y puede que incluso sean más personales todavía, pero ésta es una buena muestra de ellas.
  • La paleta de colores está compuesta de tonos azules y algunos amarillos os ocres... que son los que ya predominan en el blog. 
  • Escogí fotografías de revistas que me inspiraban belleza y tranquilidad, las flores, las imágenes antiguas, las piruletas de un anuncio de joyas - un toque feliz, pero con guiños azules, también. 
  • Hice un pequeño collage con algunas fotos que había en mi pinterest, pero muchas de las que se ven son imágenes mías que he ido colgando en Instagram, además de dos fotos de la sesión familiar que nos hizo Olga Pareja este verano. 
  • Hay dos libros de citas "Tranquilidad" y "Felicidad" que tengo desde hace años y contienen frases muy bonitas. 
  • Unas cuantas piedras, porque las recojo allá donde voy, las de la foto son de República Dominicana y Túnez. También hay una piedra decorada que compré en Frigiliana y que ha sido declarado uno de los pueblos más bonitos de Andalucía, entre los que también está Comares.
  • No podían faltar unos bolis y una libreta, para poder anotar todo lo que se me pasa por la cabeza y un amuleto dorado que hace años que me acompaña cada vez que cambio de trabajo.
  • El collar fue regalo de una de mis mejores amigas y que el mismo día que hice el moodboard, me dio una feliz noticia. 
  • El cochecito le gusta a la Mausi  y la casita de pájaros que compré en Amazon para convertirla en una lámpara para su nueva habitación. 

Por la mañana hice unas fotos deprisa y corriendo para ver si con luz natural conseguía mi objetivo, allí había además un botecito de cristal con arena blanca de Cerdeña y una sandalia menorquina, recuerdo de las vacaciones del año pasado. 

Espero que os guste... I feel good, porque el "moodboard" no es otra cosa que una composición de objetos reales o virtuales para mostrar tu estado de ánimo, cómo te sientes, lo que te inspira... Y me siento bien gracias a este curso y todo lo que estoy aprendiendo. Además, tengo muchas ganas de hacer mi collage anual - a final de año - inspirada por este ejercicio y motivada para seguir haciendo cosas creativas, aunque "sólo" sea escribir!  

¿Habéis hecho alguna vez un collage personal o un moodoard? ¿Tenéis un tablón de Pinterest dónde guardéis todo aquello que os gusta? 


6 de noviembre de 2014

Quererse en la distancia



Suelo contar que yo no me independicé, sino que fueron mis padres los que se independizaron de sus hijos, hace ahora unos 12 años. Deseaban tener una vida más relajada, más tranquila y agradable, y sabíamos desde hacía mucho tiempo que se iban a vivir a Málaga.

Era su deseo irse de Barcelona y aunque no siempre lo he entendido, siempre lo he respetado. No para todos fue un buen momento, por un cambio en mi situación personal, me cogió con el pie cambiado y al principio me costó asumir que iba a vivir sola - una idea que no había considerado nunca. Eso sí, tenía 29 años, me ganaba la vida y ya era (muy) mayorcita para ser independiente. 

Mi hermana, aventajada en asuntos de independencia, vivía con su pareja de entonces y mi hermano pequeño tomó la decisión de irse a vivir con ellos. Yo me instalé en Mataró, a 25 kms de distancia, en mi nuevo piso de soltera y como todos teníamos nuestras rutinas, no siempre nos veíamos muy a menudo.  

Desde entonces, la sister se ha mudado en  varias ocasiones y ahora vive en Oxford a 1600 kms, con mi preciosísima sobrina. Mi hermano, por su parte, un día se mudó a Bilbao, a sólo 600 kms, y allí ha construido su vida junto a nuestra querida iseko. Y mis padres, siguen en el sur, a 1000 kms de nuestra casa, en un pueblecito de la Axarquía muy bonito y muy pequeño, que se llama Comares


No es que sea algo especialmente extraño, pero sí poco habitual encontrar a familias tan "desperdigadas", aunque creo que dadas las circunstancias, cada vez lo será más. Como decía antes, cuando empecé a vivir sola me costó muchísimo esfuerzo porque yo no lo deseaba. Con el paso del tiempo entendí y disfruté de todos los placeres que proporciona la independencia. Pero son incontables las ocasiones en las que eché de menos a mis padres y los hubiera querido tener más cerca.

Ahora que soy mamá, también me da pena muchos días que la Mausi no pueda ver más al abuelito y a la Omi, pero ella ya sabe que podemos hablar con ellos por Skype y cuando nos vienen a visitar o vamos a verles, sé que disfrutan al máximo de la peque, igual que ella de sus abuelos. Lo mismo ocurre con mi hermano, al que por fin fuimos a ver a Bilbao en Octubre; o con mi hermana y mi sobrina - soplamos las velas de su primer cumpleaños por Skype hace una semana. 

No siempre es fácil, no siempre están a mano, no siempre hablamos todo lo que querríamos ni lo que deberíamos, seguramente. Hemos de esforzarnos los 5, o los 9 de la familia extendida, para mantenernos al día y para querernos y cuidarnos en la distancia. Pero también es muy bonito cuando nos reencontramos, como en Navidad - que celebramos todos juntos en Comares - o en verano, en alguna visita de los abuelos o los tíos. 

Aún así hago un propósito nuevo y no de temporada, para mantenernos más cerca, a pesar de los kilómetros que nos separan, y no dejar de querernos activamente por demasiados días. Porque aunque no os lo diga todos los días, y a veces no lo parezca, os quiero.

¿Y vosotros? ¿Vivís cerca o lejos de los vuestros? ¿Cómo lo hacéis si no los tenéis cerca?

1 de noviembre de 2014

De tornillos flojos y miedos nocturnos

A riesgo de parecer una paranoica, debo reconocer uno de mis peores... ¿defectos? ¿debilidades? Soy miedosa.

No sé si es de nacimiento, porque me caí de algún sitio en una habitación oscura (mi madre no me ha dicho nada de eso), si se debe a mi general falta de autoconfianza, a que me encantaba mirar las pelis de miedo de reojo, o si lo acrecentó de alguna manera mi temprana lectura de temas "sobrenaturales". El quid de la cuestión, es que soy una cagada. Sí sí... tal cual. Y desde chiquitita.

Recuerdo una vez - tendría unos 8 o 9 años - y dormía en el segundo piso del dúplex en el que vivíamos con mis padres. Una ventana que estaba semiabierta chirrió por efecto del viento y yo grité a todo pulmón "Dráculaaaaaaaa", para que os hagáis una idea. 

Me asusta sobretodo que alguien pueda entrar en casa de noche para robar, mientras nosotros estamos durmiendo. Cuando vivía en mi piso de soltera, en general no tuve miedo casi nunca, porque consideraba que era difícil que trepara alguien por la fachada principal del edificio o por el tejado, para poder entrar. Pero ahora vivo en una pequeña casa de planta baja y sin alarma y mis temores han vuelto para quedarse. 

Os contaré, para mi mayor escarnio y a riesgo de parecer turulata mi checklist de un día cualquiera (aunque no de todos los días) antes de irme a dormir: 
  • Comprobar que he dejado la llave de la puerta principal puesta y cruzada. 
  • Asegurarme de que la puerta de la terraza, de dos hojas, esté cerrada.
  • Revisar que todos las ventanas tengan sus seguros puestos (hice que mi no-marido  pusiera seguros en 3 de las ventanas que yo consideré más "vulnerables"). 
  • Darle una palmadita a nuestras xuxis - una duerme junto a la puerta de entrada y otra junto a la puerta de la terraza (no fue una imposición, lo eligieron así ellas) y de algún modo se supone que son las guardianas del hogar, o eso espero. 

Además, desde que nació La Mausi me acostumbré a tener una pequeña luz "quitamiedos" para poder verla cuando se despertaba en medio de la noche y ya no puedo dormir a oscuras del todo, así que: 
  • Tenemos una pequeña luz en la fachada delantera y la terraza trasera, que prenden durante las horas nocturas.
  • La luz del baño pequeño, que da a la calle, se queda encendida toda la noche (con la puerta cerrada) a modo de mensaje para "navegantes". 
  • Dejo encendida la luz de la campana de la cocina.
  • A la peque le enciendo el humidificador, que tiene una lucecita azul muy "relajante". 
  • Además, duermo con el móvil en modo linterna suave junto a la mesita de noche - muy sano por las radiaciones, seguramente. 

Sí, mi casa está iluminada como un faro en la noche y hacemos muy felices a los señores de Endesa. Todo eso gracias a algún tornillo flojuno de fábrica o a alguna película chunga tipo seloquehicisteelúltimoviernestrece.  

¿Qué os parece? ¿Diagnóstico? No os excedáis demasiado en vuestros adjetivos, os garantizo que mi no-marido me ha dado una pista bastante exacta de lo majareta que estoy. 

Feliz Noche de Halloween!